Algunas ideas...

A poca distancia de Assignan, St Jean de-Minervois es la cuna del famoso vino blanco Muscat. Un poco más adelante encontrarás en el Región de Minervois, algunos de los mejores restaurantes de la región, que puede visitar después de darse un refrescante baño en el río Cesse. Minerve alberga excelentes vinos tintos, así como una sangrienta historia, visible en una fortaleza en ruinas del siglo XIII. El Canal du Midi, una colosal obra del siglo XVII que tardó 15 años en construirse y que une el océano Atlántico con el mar Mediterráneo, es un paraíso para los amantes de la navegación, el ciclismo, el footing y el senderismo. Navega en canoa o kayak por el río Orb a través de Cessenon o Roquebrun y más allá, para disfrutar de unos paisajes espectaculares, o simplemente sumérjase en una de sus numerosas pozas profundas.

Un poco más lejos del mapa (véase el mapa regional) se encuentran Béziers y Narbonne, ambas ciudades con una gran riqueza histórica y que sin duda merecen una visita. Béziers (abajo) abarca un pueblo medieval construido en forma circular alrededor de una pequeña colina con su castillo dominándolo.

" Las sinuosas calles y los monumentos de la ciudad vieja de Béziers son testigos de su turbulento pasado. Béziers, la colonia romana; Béziers, marcada por las cicatrices de la tragedia cátara; Béziers, la rica capital del vino: estas son solo algunas de las facetas que descubrirá en los barrios históricos con sus amplias avenidas», Oficina de Turismo.

40 minutos de Assignan, podrá darse un baño en el Mediterráneo o tomar el sol en una de sus playas de arena. Descubra la ciudad medieval de Carcassonne - una inmensa fortaleza con 52 torres y dos murallas. Si quiere aventurarse un poco más, no le decepcionará Perpignan cerca de la frontera española, o en Montpellier, capital de Languedoc y conocida ciudad universitaria. Y si le apetece visitar una gran ciudad, a pocas horas de distancia se encuentra Toulouse o Barcelona puede seducirte.

Sea cual sea tu preferencia, mientras recorres la zona, te encontrarás con ruinas prehistóricas y romanas, abadías, cuevas, dólmenes y otros yacimientos arqueológicos antiguos, así como lagos, gargantas y hermosos paisajes. Equitación, pesca, escalada, tiro con arco, ciclismo, golf... lo que se te ocurra, lo encontrarás cerca.

Y no te olvides de la cata de vinos. La región de Languedoc-Roussillon presume de excelentes vinos; algunos viticultores se encuentran incluso a un paso de La Belle Ancienne; entre sus vinos hay variedades orgánicas y biodinámicas. En poco tiempo, es posible que te encuentres en la terraza de la azotea con esa copa, rindiéndote a la vista mediterránea de que «mañana será otro día».

Fotos del dolmen y las uvas cortesía de Manuel Forte.

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